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Cuando yo sea grande quiero Ser…..

Es una expresión que escuchamos mucho de niños, que generalmente se pierde en alguna etapa de nuestra vida; hace unos cuantos años conocí a un joven que soñaba en voz alta y utilizaba mucho esa expresión y a través de los años, él fue haciendo realidad muchos de los sueños que expresaba.

Así que la adopté la frase y cuando la empecé a repetir, algunas veces las personas me quedaban viendo extraño y otras veces las personas que fueron más valientes me decían: Tenes esperanzas de ser más grande; con una expresión de sonrisa les contesto que “sí”.

De pequeña, soñaba con ser psicóloga, me encantaba escuchar a los demás, darles ideas y recomendaciones que los hacían sentir tranquilos y hasta cierto punto sentían que les soluciona la situación que les abrumaba.

Algunas veces me encontré a personas que sin conocerme y al conversar conmigo por primera vez, me contaban circunstancias de su vida; fue así que me tomé bien a pecho la responsabilidad de darle una recomendación apropiada y para ese entonces, leí mis primeros libros de psicología.

No estudie la carrera de psicología por la falta de valor y decisión que te genera el desconocimiento y las ideas limitantes; me decidí por estudiar una carrera técnica con perfil económico y con recomendaciones directas que priorizaban la empleabilidad, trabajo seguro, felices por siempre. 

Sin embargo, en la actualidad con la constante evolución y transformación en todo, lo que para nuestros padres y abuelos era un estilo de vida idóneo para los nacidos a partir de la generación X, no lo es, la vida laboral estable, segura y retirarte con tu pensión es una utopía.

Empecé a trabajar en varias empresas con el perfil económico, hasta que por casualidad o causalidad se dio la oportunidad de trabajar en el área de recursos humanos que, de dicho paso, en la universidad era la clase que me encantaba uno por el respeto y la admiración que le tenía a mi maestra y segundo por el contenido de la materia.

Fueron años maravillosos trabajando en algo que me encantaba, pero la historia de felices por siempre no existe; cambié de trabajo, aquí conocí a otro de mis grandes maestros que me enseño estrategias para conocer la estructura y el comportamiento de las empresas y al concluir esa relación laboral sentía que muchas cosas debían de comenzar a transformarse en mi vida.

Fue en ese entonces que di mis primeros pasos en el sistema de trabajo autónomo, ese sistema me enseñó a organizar mi tiempo en casa con respecto a los roles que tenía en ese entonces, casi dos años muy interesantes y con muchas experiencias.

Posteriormente entre en otra etapa de trabajadora a cuenta ajena, me lleno de conocimiento intensivo y completo en cultura empresarial; me formo carácter e hizo que incursionara a otras áreas profesionales como era auditoría y administración de proyectos, una frase que mencionaba en algunos momentos era que “sentía que la empresa era mía, con la salvedad que los ingresos entraban a la cuenta equivocada”.

Ese periodo comencé otra etapa en mi vida, que me permitió iniciar la construcción de la formación financiera personal, fueron muchas transformaciones en ese período; también comencé en la docencia universitaria e identifiqué y reconocí que me encantaba enseñar, empoderar y potenciar en las personas los conocimientos, habilidades y actitudes.

Fueron años muy complejos llenos de tanto aprendizaje, en gestión de tiempo con jornadas de domingo a lunes, pero con la satisfacción de que todo se podía lograr si te lo propones y organizas; que cada espacio de tiempo se podía aprovechar y disfrutar al máximo. “Créanme lo hice”.

En la vida las oportunidades se te presentan en formas tan especiales que cuesta identificarlas, pero cuando logras hacerlo te das cuenta de que estas frente a tu propósito de vida, que lo único que necesitas es pulirlo; de esa manera entra el emprendimiento y las pymes a mi vida y comencé a andar de feria en feria, conociendo a muchas personas, diferentes modelos de negocios, observando y aprendiendo todo lo que se me presentaba.

Asesora de Negocios Pyme el primer título que coloque en la firma de los correos, había tantos negocios con tanto potencial y con poco desarrollo que yo me decía: Le hace falta verse como empresa, pensar como empresario y desde el 2018 empecé la tarea de transformar la cultura empresarial en las Pymes.

La primera pregunta que me surgió fue; ¿cómo empiezo?, segura estaba de mis capacidades y habilidades internas sobre el tema, lo que desconocía era el medio para hacerlo, así que me tocó hacer un análisis de recursos internos y externos, vi que muchos de mis contactos son comunicadores sociales, psicólogos, empresarios, mercadólogos o personas que estaban dispuestas a enseñarme y apoyarme, si y solo si como decían mis profesores de matemática” la alumna estaba preparada.

El 2020 para mí fue el inicio de otro ciclo, incursionar a la televisión de dio la perspectiva de que mis mensajes y contenidos de Educación Financiera podían tener mayor alcance en la población, además continúe encontrándome maestros en el camino que me dicen que no pasa nada si me arriesgo, que no pasa nada si actuó de forma positiva y proactiva, que no pasa nada si en mis transmisiones en las redes sociales invito a profesionales extranjeros.

Inicie el 2020, imaginándome hablar de Educación Financiera, a tres mil personas, enseñándoles herramientas sobre cómo administrar su dinero, pensé en como las personas podrían sentir tranquilidad y paz sin el acoso y la ansiedad de las deudas, escuche expresiones de bienestar familiar y personal y me dije esto es para mí.

En ese mismo año, Roberto Brenes me invita a una charla y yo que estoy en modo aprendizaje permanente acepto, el tema era Programación Neurolingüística PNL, que trata de conocer y analizar el  comportamiento del ser humano;  me quedé pensando: “Será esto para mí, será lo que andaba buscando” ya que había descartado la idea de estudiar psicología como segunda carrera en la estructura del sistema educativo y había considerado buscar certificaciones y especializaciones relacionadas al tema, tome esa opción como una posibilidad factible.

En el 2021, continúo teniendo sueños conscientes y aterrizados en mis proyectos personales y profesionales, recibo mayor orientación de mi coach Roberto Brenes, quien me invita a participar en la IV Generación de Practitioner de PNL.

¿Qué me dejo la PNL? Obtener mayores herramientas para desarrollar mi trabajo y la relación con los clientes, enfocar mi energía y mis acciones para lograr mis propósitos, visualizar desde otras perspectivas situaciones que suceden y uno no espera (recuadrarme hacia el aprendizaje y no a la queja o preocupación),

La Programación Neuro Lingüística es una gran herramienta que primero se debe vivir y sentir en sí mismo, para luego compartirla, estos meses fueron de muchas lecciones de vida, confirmamos que las emociones repercuten directamente en el comportamiento de las personas y por ende en las finanzas.

Estamos poniendo en práctica herramientas de fortalecimiento personal dirigidas a la construcción de Hábitos Financieros, para que más personas reconozcan y visualicen que sus estilos de vida y pueden enfocarlos para obtener, paz, tranquilidad, satisfacción y bienestar para ellos y sus familias.

Todo sueño termina cuando uno cree que quería algo y no lo hace porque “debe” hacer otra cosa por subsistencia, sobrevivencia o simplemente considera que eso le toca. Los seres humanos vivimos diversas circunstancias de diversos tipos en diferentes etapas.

La lección de vida que he aprendido y les comparto: es que lo importante está en escoger en lo que te enfocas y le das tu energía. El punto no está en vivir una vida de Disney (felices por siempre), sino en apreciar, disfrutar y sentir cada experiencia como la mayor bendición, oportunidad y aprendizaje que puedas vivir hoy, para construir tu mejor versión presente y futura.

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